Tomado de Pierre Bourdieu. Conceptos básicos y construcción socioeducativa. Claves para su lectura. autor: Gustavo Tellez Iregui
Principales términos, conceptos y neologismos usados en la obra de Pierre Bourdieu
Acción pedagógica: esta expresión
designa el trabajo efectuado por los gentes sociales (individuos, grupos,
instituciones), para inculcar a otros agentes las significaciones (contenidos simbólicos)
propios de un cierto arbitrario cultural, lo que implica generalmente una forma
de violencia simbólica.
Arbitrario (cultural): tiene
relación con hechos y procesos socioculturales, cuya existencia, de hecho, más
no de derecho, justifica su aceptación o imposición; es decir, que están
desprovistos de legitimidad. El conjunto de significaciones (códigos y sistemas
simbólicos) que definen objetivamente la cultura de un grupo, es arbitrario en
la medida en que una estructura y su función no pueden deducirse de ningún
principio universal: físico, bilógico o espiritual; es decir, no dependen ni de
la naturaleza de las cosas, ni de la naturaleza humana. El árbitro cultural
dominante, en una sociedad, corresponde, en términos generales, al de los
grupos o clases sociales en posición de dominio.
Autoridad pedagógica: Es el poder
arbitrario de imposición e inculpación que, siendo ignorado en cuanto tal por
los agentes sociales, es reconocido como autoridad legítima. Toda acción
pedagógica dispone de una autoridad específica en la que descansa su
legitimidad: así, los emisores pedagógicos (maestros u otros) se presentan como
dignos y autorizados para transmitir, inculcar y sancionar (controlar) mediante
medios especializados, los contenidos recomendados. A su vez, los receptores
están dispuestos a reconocer la legitimidad de la información recibida.
Campo social: espacios sociales
estructurantes y estructurados; es decir, un sistema jerarquizado de
disposiciones y posiciones, en el cual ocurren relaciones durables de
dominación entre distintos agentes que lo componen. Los campos funcionan a
partir de sistemas de diferencias, cuyos puntos cardinales están dados por
valores reconocidos: noble-innoble, distinguido-vulgar. Las relaciones entre
participantes de un campo social son conflictivas y antagonicas. El objeto y la
razón de ser (lo que está en juego y se apuesta) de las luchas y consensos
entre los agentes y las instituciones que participan en los campos, es la
distribución de las formas especificas de capital, diferentes en cada campo (los
intereses en juego en el campo universitario son diferentes a los del campo
deportivo, por ejemplo)
Capital: los campos sociales se
manejan como “mercados” o redes de intercambio de bienes (materiales o simbólicos).
Los recursos circulan y son objeto de luchas o consensos en los diferentes campos
sociales, reciben el nombre de capital. Existen cuatro variedades
fundamentales, a saber: capital económico, capital cultural, capital social y
capital simbólico. A pesar de sus diferencias, las relaciones entre estos
cuatro formas de capital son estrechas, de suerte que se transforman y
reconvierten unas en otras. La distribución del capital acumulado por los
agentes de un campo determinado, es desigual según la posición que ocupe este
en el sistema de relaciones y posiciones jerarquizadas en cada campo.
Capital cultural: este asociado
con la forma específica de los bienes (sistemas y códigos simbólicos) que
adoptan la cultura. A diferencia de
otras formas de capital, presenta propiedades derivadas de su carácter
incorporado (ligado al cuerpo) , debido a que su acumulación implica una
interiorización realizada por medio del trabajo pedagógico de inculcación y
asimilación. El capital cultural se individualiza, y se requiere tiempo para su
adquisición; por eso, se consideran propiedades (haberes) que hacen cuerpo
(habitus). El capital cultural puede existir bajo la forma de disposiciones
durables del organismo (habitus); en estado objetivado, bajo la forma de bienes
culturales, pinturas, libros, etc., y finalmente el estado institucionalizado,
que es una forma objetivación particular, como el caso de los títulos escolares
o los concursos, que tiene una autonomía relativa con relación a quien los
porta. Este capital resulta de la “alquimia” o “magia social” que se deriva de
los ritos de institución, o sea, el poder de instituir (consagrar, clasificar)
del que disponen las instituciones. El capital cultural, que se objetiva en
soportes materiales como libros, cuadros, monumentos, es transmisible solo en
su materialidad; es decir en tanto capital económico.
Capital social: es el conjunto de
relaciones sociales más o menos institucionalizadas, gracias a la pertinencia a
grupos sociales (club social, logia masónica, fundaciones culturales) que
constituyen un conjunto de agentes, los cuales, además de poseer propiedades
comunes, se relaciones de forma permanente.
Capital simbólico: es el crédito y la
autoridad que confieren a un agente la posesión y el reconocimiento del capital
económico, cultural y social; es decir, el valor de las propiedades del agente,
sean estas reales o virtuales. Para que las propiedades se conviertan en
verdadero capital, deben transformarse en capital simbólico, adquirido por
medio de un trabajo permanente de legitimación, fundado en la transformación de
diferencias de hecho en diferencias de valor. Asi, el capital simbólico
confiere poder de transformar o validar una visión especifica del mundo. En
este sentido, es un poder “cuasi mágico” que permite transformar las relaciones
sociales de fuerza en relaciones de sentido.
Carisma (carismático): ideología
de aquellos para los cuales las aptitudes (escolares o artísticas por ejemplo)
están ligadas a “gracias” o carismas de orden sobrenatural (externo y anterior
al portador del carisma), o sea, a “dones” capacidades o potencialidades innatas
y naturales que excluyen la influencia de las condiciones sociales de
existencia y por lo tanto la acción educativa (socialización).
Construcción de objeto: momento o
fase fundamental de la investigación, que consiste en seleccionar determinados
elementos de la realidad multiforme y descubrir, detrás de apariencias, un
sistema de relaciones especifico al sector estudiado. Los objetos científicos
no existen en la realidad, sino que son construidos a partir de las selecciones
que opera el agente investigador, mediante un método y unos conceptos
fundamentales.
Constructivismo: concepción
sociológica, según la cual, la realidad social es una construcción a la vez
subjetiva y objetivada, efectuada por agentes sociales individuales y
colectivos. Esta doble cualidad del constructivismo se explica por el hecho de que los agentes son
quienes construyen las estructuras sociales que originan la constitución de la
subjetividad de los agentes.
Diacronía: que sucede a lo largo
del tiempo. Opuesto a sincronía; es decir es lo que sucede es un momento
determinado.
Disposición: actitudes o
inclinaciones para percibir, sentir, hacer y pensar, interiorizadas por los
individuos a partir de sus condiciones objetivas de existencia, que funcionan
como esquemas o principios inconsistentes de acción, percepción y reflexión. La
expresión sistema de disposiciones, típica de la obra de Bourdieu, es sinónimo
de habitus.
Doxa: conjunto de opiniones
comunes, creencias establecidas, ideas recibidas que se aceptan sin discusión.
Se dice también sentido común.
Empirismo: doctrina, según la
cual, la ciencia consiste fundamentalmente en registrar la experiencia, en
constatar los hechos para “dejarlos hablar por si mismos”. En el periodo
clásico (siglo XIX), esta concepción se constituyo en una sana reacción contra
la metafísica entonces dominante, que conducía a discurrir sobre la
realidad sin observación ni
experimentación. El empirismo comete un error en la medida que no cuenta con
una actividad propia del pensamiento científico, esto es que, lejos de
limitarse a registrar pasivamente los hechos como si fueran cosas, la ciencia
realmente “construye” su objeto de estudio.
Epistemología: rama de la
filosofía cuyo objeto es someter a examen histórico y critico los fundamentos,
principios, hipótesis y resultados de las diversas ciencias. Cuando se habla de
vigilancia epistemológica, ocurre a propósito de la necesidad de todo
investigador de interrogarse acerca de los principios que sustentan su
investigación, pues generalmente los desconoce.
Esquema: los términos franceses scheme y schéma se
traducen al castellano indistintamente como esquema. Para Bourdieu, un esquema tiene dos acepciones: 1)
esquema entendido como cuadro sinóptico, como plan, como síntesis, y 2)
esquema, aplicado a los mecanismos incorporados de percepción, apreciación y
acción (disposición). Se establece, así, un par de oposición entre esquema
generador-principio generador, de manera que el primero es síntesis de los
mecanismos incorporados, reunidos después bajo el concepto de principio
generador. Es en este sentido que Bourdieu emplea con mayor frecuencia el
concepto de esquema.
Estrategia: es el instrumento de
ruptura entre un punto de vista objetivista y la acción sin agente que supone
el estructuralismo (al recurrir, por ejemplo, a la noción de inconsciente). La
estrategia es el producto del sentido práctico como sentido del juego, de un
juego social particular, históricamente definido, adquirido desde la infancia a
través de la participación en actividades sociales.
Estructuralismo: paradigma de las
ciencias sociales (Levi-Strauss es la figura más sobresaliente en el campo de
la antropología) , que busca explicar la realidad aparentemente diversa a
partir de estructuras o sistemas de relaciones subyacentes e invariables. El estructuralismo
es una mirada objetivista, en tanto se considera que las estructuras tienen una existencia real y objetiva,
imponiendo su lógica desde el exterior a los agentes sociales, sin mediación de
la conciencia. Así, por ejemplo, las estructuras sintácticas de una lengua se
imponen a todos los intercambios verbales, de la misma manera como las
estructuras parentesco gobiernan las alianzas matrimoniales. Es criticado por
haber eliminado el “sujeto” humano consciente, para convertirlo en una
“marioneta de las estructuras”, y también por haber privilegiado el estudio de
la reproducción de los sistemas objetivos sin contar con su génesis y evolución
históricas, dando por sentado que las estructuras son universales y eternas. El método estructural
intenta descubrir sistemas de relaciones,
subyacentes a una realidad aparente; así pues, constituye un modo de
pensamiento relacional.
Ethos/ética: la ética es la
teoría reflexiva de la moral, argumentada, explicitada y codificada. Entre
tanto, la moral de una sociedad se presenta
inicialmente como una serie de prácticas inconscientes; es decir, el
ethos de una cultura.
Etnocentrismo: tendencia no
consciente de emplear, como medida de todo juicio hacia los valores, normas y
comportamientos de un grupo o individuo, los valores, normas y comportamientos
del grupo al cual pertenece.
Etnometodologia: corriente de la
sociología norteamericana que niega toda ruptura epistemológica entre el
conocimiento docto (erudito o científico), desarrollado por la sociología, y el
conocimiento común que los agentes sociales adquieren a partir de su vida
cotidiana.
Eufemizacion: atenuar o disimular
con la expresión un hecho o situación molestos; utilización de formas veladas,
presentación de las cosas bajo su mejor Angulo, para hacerlas socialmente
aceptables.
Fenomenología: escuela filosófica
que considera al fenómeno; es decir lo que se da o aparece en la conciencia del
sujeto, como la única realidad concebible. De esta escuela se derivan algunas
variantes de pensamiento sociológico.
Fetichismo (político): según la fórmula
de Marx, hay fetichismo cuando “los productos de la cabeza del hombre aparecen como dotados de una vida
propia”. Los fetiches políticos son personas, cosas, seres, que parecen no
deber sino a ellos mismos una existencia que los agentes sociales les han dado.
Así, el fetichismo es el fenómeno mediante el cual una persona (caso de
fetichismo político y religioso), una cosa o un ser adquieren un poder que en
realidad les ha sido atribuido por un grupo de personas, pero olvidándolo, son
idolatrados por el mismo grupo de personas que le han confiado una misión
determinada.
Habitus: concepto clave de la
teoría bourdieusiana, mediante el cual se supera la oposición entre objetivismo
y subjetivismo, al permitir la articulación entre las estructuras internas de
la subjetividad y las estructuras y condiciones sociales externas.
El habitus es el sistema de
disposiciones adquiridas, permanentes y transferibles que permiten actuar,
percibir, sentir y pensar de una cierta manera. Estas disposiciones son
incorporadas o interiorizadas por los agentes sociales en el curso de su vida,
a partir del trabajo pedagógico y educativo multiforme y prolongado
(socialización, inculcación-apropiación). En resumen, el habitus es un
“operador de calculo inconsciente”, que nos permite orientarnos en un espacio
social sin necesidad de reflexión.
Hexis corporal: posturas,
disposiciones del cuerpo; manera de mantenerse, de caminar, relación con el
cuerpo, interiorizadas por el individuo de manera inconsciente, a lo largo de
su proceso de socialización. La hexis corporal es una dimensión importante del
habitus.
Homología: correspondencia entre
posiciones equivalentes (no idénticas), en campos sociales diferentes. Por
ejemplo, la oposición izquierda-derecha en el campo político es homologa a la
oposición entre dominados-dominantes en el campo de las clases sociales.
Illusio: (del latin ludens, que
significa juego). Para superar el determinismo económico del concepto de
“interés” , Bourdieu propone la illusio, como un interés especifico a campos
económicos, sociales o culturales, en los que cada agente tiene una intención,
un objetivo definido. Existe una illusio para cada campo de relaciones
sociales.
Interés (inversión): lo que
motiva o inclina a actuar, lo que está en el origen de las conductas y prácticas
sociales. Es una inclinación que surge de la relación entre un campo social y
un habitus, estrechamente asociada con
la noción de capital (económico, social, cultural y simbólico). La noción de
interés, en Bourdieu, supera el concepto de interés en la economía (Adam
Smith), que no es mas que un interés particular históricamente condicionado. En
efecto, existen intereses simbólicos que tiene lugar en el campo intelectual y
religioso, que no buscan la rentabilidad “económica” los participantes del
“juego social” reinvierten, en sus luchas, todo o parte de su capital
acumulado, empleando diversas estrategias de inversión.
Legitimidad: característica queda
vigencia, reconocimiento, aceptación, o que justifica toda dominación (en
nombre de la razón, el derecho, la naturaleza, Dios, etc.). Generalmente, se
consideran legitimas aquellas cosas, gentes, practicas, habitos, gustos, etc.,
situados en la parte superior de las jerarquías y las clasificaciones sociales.
El proceso de legitimación que instaura la legitimidad, es complejo; emplea las
más variadas estrategias que lo pretenden. En última instancia, es el
mantenimiento del “orden establecido”, haciendo desaparecer (ocultando) el
carácter arbitrario de la dominación, convirtiendo las relaciones de fuerza en
relaciones de sentido: esta conversión es, justamente, lo que otorga una
legitimidad.
Objetivación: en sociología tiene
dos versiones fundamentales: 1) objetivación sociológica, o la etapa científica
de construcción del objeto; 2) objetivación social, que consiste en exteriorizar,
materializar o institucionalizar las representaciones y las practicas de los
individuos y grupos por medio de objetivos exteriores (escritura y pintura son
dos formas de objetivación). Las formas sociales objetivizadas (por
exteriorización de la interioridad) se distinguen de las formas sociales
incorporadas (por interiorización de la exterioridad, a saber, habitus).
Objetivismo: actitud intelectual
que consiste en buscar sistemáticamente las “leyes objetivas” que gobiernan la realidad social
(supuestamente del mismo tenor de las que gobiernan el mundo físico). Esta
posición plantea la primacía de los factores extrínsecos que determinan sujetos
o agentes sociales, a los cuales considera como simples objetos cuasi
naturales. En otros términos, el sujeto está sometido a leyes o estructuras lingüísticas
y económicas que hacen de su conciencia sea puro epifenómeno.
Positivismo: punto de vista
filosófico y científico, pariente del empirismo, según el cual “los hechos
hablan por si mismos”.
Principio de la no conciencia:
principio epistemológico, según el cual el conocimiento objetivo de los hechos
sociales no pueden reducirse ni partir solamente de la conciencia espontanea
(sentido común) que tienen los agentes, y que por ello debe construirse (fase
objetivista), para ser explicitado. Asi pues, los actos pueden ser conscientes,
inconscientes o no conscientes, siendo la no conciencia, sobre todo, el honesto
y absoluto desconocimiento de lo que impulsa la realización de un acto.
Ritos de institución: mecanismos
que disponen las instituciones (campos) para consagrar o legitimar los limites
y las diferencias (jerarquizaciones) que están en la base de toda organización
social. El rito consagra la diferencia (entre, por ejemplo, el casado y el
soltero, el joven y el viejo, el hombre y la mujer, el sacerdote y el profano,
el profesional y el lego).
Sentido práctico: los agentes
sociales se orientan en sus prácticas sociales por el sentido práctico espontaneo
e inconsciente, presente en la lógica del funcionamiento del habitus, antes de
la presencia de objetivos racionales, planes, normas o códigos explícitos. Bourdieu
habla de correspondencia entre las conductas así definidas por el habitus y las
prácticas sociales, mediante una especie de “orquestación sin director de
orquesta”.
Subjetivismo: posición que
consiste en poner al sujeto (ser humano) o a la “naturaleza humana” por encima
de la “naturaleza de las cosas”. Así, el hombre que es un sujeto (y no un
objeto) capaz de libertad cuasi absoluta, que escapa a los determinismos, a las
leyes sociales, y trasciende las estructuras. Además, el sujeto (la persona) es
portador de un “temperamento”, carácter de una personalidad que le define como
un conjunto singular de dones, virtudes, cualidades, etc. Esta tendencia
privilegia la innovación social y el cambio de estructuras.
Simbólico: termino muy utilizado
en antropología, concerniente a los modos de expresión de toda actividad humana
cargada de sentido y significación; es decir, propia del dominio de las
representaciones. Se opone con frecuencia a material (ejemplo: ganancia
material o ganancia simbólica). Las lucha simbólicas tienen como objeto el
reconocimiento y la legitimidad. La violencia simbólica es el efecto de
censura, inherente a todo acto de imposición simbólica.